Desde el día de nuestro nacimiento,
evidenciamos que tenemos que sobrevivir con nuestros propios esfuerzos, y con
la ayuda de nuestras respectivas madres, más
la asistencia oportuna de un ginecólogo o partera,o neonato.
Si meditáramos constantemente en esto, eso
de la “vida dura” fuera más fácil de
sobrellevar, todos tenemos la capacidad de sobrevivir con nuestros propios
esfuerzos o recursos, pero siempre tenemos que ser humildes y dejarnos ayudar
por otros.
Al meditar en el dolor de la mujer en el
momento del alumbramiento natural, medito en las veces que otras personas me
han ayudado, respaldado, sostenido con finanzas, he ignorado o desconociendo
el sacrificio que para estas personas ha sido el brindar ese apoyo.
A nadie le sobra tiempo, dinero o recursos,
alguna cuota de dolor conlleva el renunciar a ellos y dedicarlo a quienes
necesitamos, eso debe ser valorado.
No podremos vivir pensando que estamos solos
o que han sido nuestros propios esfuerzos los que nos han sostenido, en primer
lugar, sin Dios, nada somos.
En la Biblia encontramos lecciones para que
aprendamos a ser humildes y reconocer que dependemos de la bendición, el
socorro y la gracia misericordiosa del Señor.
Una de estas lecciones fue la vida del gran
conquistador y gobernador Nabucodonosor, rey del gran imperio Babilonico.
En una ocasión lleno de sus triunfos y
grandeza, contemplando su esplendorosa ciudad y meditando en todos sus
triunfos, se dijo “esta es la gran Babilonia que YO edifiqué” el haber meditado
en eso le llevo a una condición humillante.
Le dejo el texto bíblico de su terrible
condición
"Serás apartado de la gente y vivirás entre los animales salvajes; comerás pasto como el ganado, y siete años transcurrirán hasta que reconozcas que el Altísimo es el Soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere».
33 Y al instante se cumplió lo anunciado a Nabucodonosor. Lo separaron de la gente, y comió pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el rocío del cielo, y hasta el pelo y las uñas le crecieron como plumas y garras de águila".
Tenía todo un gran imperio pero nadie era
capaz de curar su mal, de nada le servía tener el mundo a su disposición si
nada del mismo podría sacarle o ayudarle a sobrevivir, tuvo que reflexionar que
por muy poderoso que se sea, teniendo el poder absoluto de su imperio, bada
podía librarlo, hasta que reconoció:
“ Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre:Su dominio es eterno; su reino permanece para siempre".
Estimado lector, no se complique más la
vida, dependa totalmente de Dios, reconozca que todo lo que tiene o le falta es
por Dios, el sufriente Job, le dijo a su esposa quien no comprendía la actitud de
su esposo ante la crisis que vivían, El le dijo:
Por eso la biblia nos enseña que debemos darsiempre gracias a Dios por todo y reconocer que solo con su ayuda o beneplácito
lográramos realizar alguna tarea
Muchas veces pienso que uno de los
versículos bíblicos que deberia titular mi agenda de compromisos y proyectos
debería ser
Nada en este mundo es perdurable, eterno e
imperecedero, todos tenemos que sobrevivir o vivir al máximo cada minuto a pesar que las circunstancia de la vida sean buenas o malas.
El concepto “ha sido lo ha querido el Señor”
me ha generado paz y confianza, especialmente ante los miembros más difíciles
de la vida.
Por cierto hay sufrimiento en nuestra vida,
no porque sea este la perfecta voluntad de Dios.
algunos que nunca se han detenido a leer la
Biblia y a buscar a Dios, se cuestionan: ¿como es posible que un Dios tan
bueno, permita el mal?
Esa ignorancia ha llevado a muchos a
convertirse en agnósticos o ateos y le dan rienda suelta a sus pensamientos
racionales lógicos pero sin comprobar la realidad de la existencia Divina.
Muchos males nos vienen por nuestras malas
decisiones y depravado corazón, otras por pruebas que son necesarias para
glorificar a Dios o fortalecer nuestra vida, son una preparación necesaria que
nos pulen como El Oro, el diamante, el barro o el vidrio.
Comprendo que la preparación es necesaria
para la sobre vivencia, también se que Dios nos ha dotado de sabiduría y
recursos por muy mínimos que sean estos, para sobrevivir.
El punto muchas veces se centra en nuestro
estado de ánimo, los que deciden terminar con sus vidas a parte de tener mentes débiles y sentimientos
traicioneros, nadie les ayudó a
sobrevivir con sus cargas.
Una persona en depresión necesita de
alguien, que así como la madre da a luz, con su dolor y fuerza puedan ayudar a
vivir a un nuevo ser.
¿Quien está dispuesto a sufrir con los que
sufren, a llorar con los que lloran?
En los momentos de triunfo sobran quienes
ocasiones y celebren pero en los mementos de fracaso ¿donde están las manos y
oídos que escuchan y sostienen?
Todos para vivir necesitamos sobrevivir
Peregrino

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